sábado, 12 de abril de 2014

Freaks and Geeks



Freaks and Geeks, 1999-2000
Como suele ocurrir con todo lo que acaba antes de tiempo, Freaks and Geeks es considerada hoy como un icono del imaginario adolescente, una serie de las llamadas de culto, tanto por la escasez de ejemplos televisivos parecidos, como por su final repentino y prematuro.

Estrenada hace quince años en la NBC, su creador Paul Feig y su productor Judd Apatow todavía manifiestan su resentimiento por la cancelación de la serie ya que, para cualquiera que la haya visto, la primera temporada funciona como un preámbulo en el que aparecen una serie de personajes que se enfrentan a distintos cambios (el primer año de instituto, los sueños frustrados, la apatía y la incertidumbre ante las primeras pérdidas y su consecuente desengaño vital…) y que empiezan a vivir sus vidas con una consciencia semiadulta, con toda la intensidad y la desorientación que eso implica.

Freaks and Geeks, 1999-2000.

Esta idea de tanteo, de aventura y de iniciación se refleja realmente bien en Freaks and Geeks por el hecho de dividir las tramas entre aquello que sucede a los Geeks, un grupo de preadolescentes que empiezan a descubrirlo todo con el asombro y la inocencia de la infancia pero con el ansia y el cinismo de la adolescencia; frente a aquello que acontece a los Freaks, más iniciados en las dinámicas adultas pero también, por ello, más desencantados y temerosos ante el vacío de un futuro vago e incierto.

A través de una pareja de hermanos, los Weir, Freaks and Geeks nos adentra en un instituto americano a principios de los 80 y, con la división de edades y situaciones, nos permite ver claramente el tránsito y el cambio abismal que se produce cuando pasas de los 13 o 14 años, a los 15 y 16.
The Geeks.

The Freaks.

The Freaks.

The Geeks.
Se ha hablado hasta la saciedad de la impotencia y la frustración que supuso el hecho de que se cancelara la serie tan pronto ya que, con unos cuantos capítulos más, hubiésemos podido darnos el gusto de ver cómo lidian los distintos personajes con ciertas circunstancias que en la primera temporada no se dan, simplemente, porque no era el momento adecuado o porque, tal y como pasa en la vida, las cosas pasan muy rápido pero, aunque parezca que esta frase no tiene sentido, a la vez también suceden muy despacio.

Revisitando Family Matters o Growing Pains
-¿Sabes quién hacía pellas en el instituto? Jimmy Hendrix y, ahora, está muerto.
-¿Sabes quién tuvo sexo prematrimonial en el instituto? ¿Y sabes qué hace ahora?
Nada, porque está muerta.

The parents.
Una de las cosas que más me gusta de Freaks and Geeks es cómo lidia con el tema de la familia en un momento tan concreto y particular como es la adolescencia. Muchas veces las series, libros, canciones o películas adolescentes cuando abordan el tema de las relaciones entre padres e hijos incurren en el tópico de la mutua incomprensión sin ahondar más en ello, atribuyendo todo a un exceso de rebeldía por parte de los hijos (que muchas veces parecen psicópatas más que adolescentes) o resolviéndolo con un exceso injustificado y caricaturesco de brutalismo parental lo que, por regla general y afortunadamente, no se corresponde con la realidad. 
Cuando simplemente perteneces a una familia normal, en la que quieres a tus padres y quieres seguir tu camino, pero a la vez no quieres defraudarlos ni que decidan por ti porque ya eres mayor y el mundo te pertenece, a veces es complicado encontrar ejemplos que ilustren sin más este ten con ten que se da en cierto momento de la vida.
Si a eso sumamos las diferencias generacionales y las hormonas, es difícil encontrar ejemplos que recojan esa situación en la que entran en juego tantos matices.
En My so Called Life por ejemplo (serie sin la cual creo que no existiría Freaks and Geeks ya que hay escenas, tramas y hasta actitudes de ciertos personajes que son calcadas) las relaciones parentales son mucho más tensas y, para mi gusto más exageradas.
Daniel (James Franco) tonteando con el punk.
En Freaks and Geeks, y a diferencia de tantas series y sitcoms sobre la vida en familia como Growing Pains, Family Matters, El show de Bill Cosby…, se percibe claramente, se naturaliza y se incide en situaciones universales como por ejemplo son el bochorno que produce la primera vez en que los hijos ven a sus padres como personas (y no como padres), la culpabilidad de convertirte en alguien independiente y el miedo a hacer daño a tus padres cuando perciban que ya no dependes de la misma manera de ellos, el infantilismo y la sobreactuación sinsentido en la que se cae cuando tratas de educar y proteger a alguien de todas las cosas que te dan miedo incluso cuando son cosas por las que tu mismo has pasado (el padre de Lindsay y Sam sólo sabe decirles cómo pueden morir si hacen cualquier cosa poco ortodoxa o recomendable pero luego se pone como ejemplo al contar a Lindsay como perdió la virginidad con una prostituta en la guerra de Vietnam), etc. etc.

Bad Reputation
Para no alargarme más, querría simplemente abordar la idea de Freaks and Geeks como filón para un repertorio de distintos prototipos y modelos de conducta adolescentes.

No sólo por las distintas franjas de edad de las que he hablado antes, sino por la variedad de personajes y de historias que se tratan y se mezclan a lo largo de la serie, Freaks and Geeks es una fantástica taxonomía de problemas, emociones, comportamientos y realidades. La ventaja de este repertorio es que no se encasilla a un personaje sin más. Ni Bill, ni Kim, ni Nick, ni Neal, ni Daniel ni el resto de protagonistas son planos sino que, no sé muy bien cómo, lo que van viviendo cada uno de ellos se acumula en su interior y se refleja en sus acciones y en su comportamiento en las distintas tramas.
Ver crecer a un personaje ficticio es un privilegio y, por ello, el hecho de que la serie no continuara es un batacazo, porque te quedas completamente a medias con todo.



Otra de las cosas que más me gusta en este sentido es cómo piensas en un primer momento que Lindsay o los freaks van a ser los que le aporten más peso a las tramas estereotípicamente adolescentes a la serie para descubrir, poco a poco, que hay cosas mucho más importantes que se cuecen donde están los Geeks y que, puestos a elegir un modelo de conducta, quizás sea mejor ver bien la serie y pensárselo dos veces.
Bill como la mujer biónica.
Lindsay y Nick.
Lindsay y Kim.
En definitiva, hay que ver Freaks and Geeks pero hay que saber a qué atenerse. He de decir que a mi, la primera vez me decepcionó profundamente. Me faltaba acción, me sigue pareciendo que hay muchos tópicos sobre todo en lo que a la sexualidad adolescente respecta y me frustraba cómo todo se quedaba en suspenso, ya que soy bastante impaciente con las series. Pero, tras volver a verla varias veces y pensar mucho en ella y en mi propia adolescencia, me he ido dando cuenta de que, al margen de que como serie muchas tramas se hubieran solucionado y me hubieran satisfecho más con una segunda temporada; tal y como es Freaks and Geeks, incompleta, insatisfecha e imperfecta, se acerca mucho más a lo que es la vida y, sobre todo, la adolescencia.