martes, 21 de julio de 2015

KIDS



Kids o la recuperación del canon clasicista griego
Hace calor y hace veinte años que se estrenó Kids de Larry Clark.

El sudor agrio adolescente, el aire cálido del verano neoyorquino, el skateboard y según dicen el sexo promiscuo y las drogas como hilos conductores de una película que supuestamente debía abrir los ojos a la sociedad sobre la verdadera realidad de la juventud de mediados de los 90.
En cuanto al tema de las drogas, y teniendo en cuenta la obra fotográfica de Larry Clark previa a la película (series como por ejemplo Tulsa) y obras cinematográficas (y biográficas) anteriores como Cristina F. creo que el hecho de que en la película aparezcan drogas y alcohol es meramente anecdótico. Un recurso dramático-narrativo más, como también considero que lo son los diálogos cortantes plagados de tacos, la violencia racista, desmedida y sin sentido y la estética “documental” que se ha mencionado hasta la saciedad al hablar de esta película.
Larry Clark. Primera escenda de Kids, 1995

Publicidad de American Apparel

Y es que no termino de entender cómo un catálogo en movimiento del American Apparel puede considerarse “documental” ni cómo un canon de belleza cuidadosamente buscado y premeditado –el  del cuerpo lánguido, estilizado, andrógino y aniñado que se retrotrae no sé ¿a los efebos de la antigua Grecia por ejemplo? – puede considerarse realista o descarnado.

Si algo ha hecho siempre que me costara empatizar tremendamente con Kids no era la idea del contagio del sida, el sexo promiscuo, las drogas o su supuesto desencanto vital sino su estética y su ambiente tremendamente artificial. No creo que el hecho de abordar temas tan tradicionalmente tabú tenga nada de particular, mucho menos de transgresor. Creo que, en todo caso, el hacer apología de esos temas a través de la belleza de un cuerpo adolescente determinado sí que es mucho más perverso y creo que es, en gran parte, donde reside el encanto de la estética y la cultura de los trabajos de Larry Clark: la forma en que sublima la sordidez y la convierte en un foco de atracción a través de la belleza y el encanto que representan los cuerpos adolescentes a medio terminar. 

Efebo griego
Larry Clark. Serie Tulsa, 1973.
Larry Clark como Nabokov. Larry Clark como clasicista. Larry Clark con sus Lolitas montadas en monopatín. Larry Clark con su particular Effie Gray aka Chloe Sevigny.

KIDS/AIDS
Reconozco que ni de lejos vi Kids cerca de su fecha de estreno, el 21 de julio de 1995, pero recuerdo vagamente cómo se hablaba de ella por la tele como de una película tremendamente controvertida y diferente. Trataba sobre el sida y creo que cualquier niño nacido en los 80 y educado para temer a las jeringuillas tiradas en los parques por encima de cualquier otra cosa, entenderá perfectamente la inquietud que producía una película que trataba sobre el contagio del sida entre adolescentes.

Creo que era meramente una cuestión de empatía y en esto sí que creo que Kids fue, por absurdo que parezca, toda una revelación: todo el mundo puede contagiarse.

Larry Clark. Kids, 1995
Anuncio del Ministerio de Sanidad y Consumo
para la prevención del contagio del Sida. Años 80

Larry Clark. Kids, 1995
Una verdad a voces que gracias a la cultura homofóbica y heteropatriarcal se había intentado ocultar estigmatizando una enfermedad e intentando convertirla en una especie de castigo divino reservada sólo a putas, promiscuos, drogadictos y otros transgresores de la moral ortodoxa. Una mentira culturalmente construida que debido a la desinformación costó la vida a miles de personas. Una película que trató el tema demasiado tarde pero que, a pesar de todo, levantó ampollas.

Recuerdo perfectamente ir haciéndome mayor y no querer ver la película: por algún fallo de memoria y por eso de querer hacer las cosas más aterradoras de lo que en realidad son, creía que, el protagonista, contagiaba conscientemente su enfermedad como si, más allá de acostarse con vírgenes, su verdadero placer fuera el de la transmisión. Una venganza cruel no tan descabellada si nos acordamos del final sifilítico al que se somete a la madre de Eugenia en La filosofía en el tocador del también temido Sade.
Casi me decepcioné cuando me di cuenta que el recuerdo que tenía en mi cabeza no tenía nada que ver con la película en realidad.

Larry Clark. Jennie descubre que ha sido contagiada, Kids, 1995

Sin embargo me gusta la intriga y creo que lo más brillante de Kids es precisamente su trama de misterio, casi de terror ¿conseguirá Jennie encontrar a Telly y prevenirle? ¿Cambiará Telly de actitud? ¿Se asustará?
¿Y Jennie? ¿Para qué avisarle? ¿Para evitar nuevos contagios o para hacerle consciente de su pesar? ¿Final o Revenge Girl?

¿Boys? And ¿Girls?
La contraposición manifiesta de los géneros que se hace en  la película es finalmente lo que más inquietud me causa de todo. Me deja alucinada la visión tan sumamente negativa que se le achaca al género masculino, es descarnada y, evidentemente, no lo es por lo explícito de las conversaciones sino por lo poco que importan los demás.

En la película no hay lugar para lazos emocionales de ningún tipo, todo se supedita a un hedonismo efímero y egoísta que no tendría nada de malo de no ser por el discurso nihilista del que se le rodea y se le impone. Lo que me inquieta es no saber distinguir si esta es la percepción real de sus creadores (Clark, Harmony Corine, etc) o simplemente es un recurso más para enfatizar situaciones sencillas como el hecho de que los adolescentes mantienen relaciones sexuales mucho antes y con mucha más diversidad y despreocupación de lo que la sociedad tiende a admitir.
Larry Clark. Kids, 1995
Me preocupa, al igual que la vileza masculina que se desprende de la película, la victimización femenina y en concreto la de las “vírgenes-víctimas”. En el momento en que se mantienen conversaciones paralelas entre el grupo de chicos y el de chicas se representa una actitud igualmente activa y desinhibida ante el sexo pero cuando Telly enumera sus estrategias para cautivar a sus vírgenes, cual Don Juan moderno,  no termino de diferenciar si es un recurso dramático más del film o una nueva recreación de esa idea tan heteropatriarcal y manida de que las mujeres no tienen una sexualidad activa propia y deben ser convencidas y conquistadas para poder mantener con ellas relaciones sexuales, sean vírgenes o no.
Larry Clark. Kids, 1995
Larry Clark. Kids, 1995
Teniendo en cuenta la sucesión de desgracias que afronta Jennie/Chloe Sevigny a lo largo del film –charla con taxista pesado incluida– y que su personaje recuerda a referentes previos como el de Lauren Hynde de la novela Las leyes del a atracción de Easton Ellis, casi me decantaría por lo de que la contraposición agresiva en torno a los arquetipos de género –construidos a partir de varios lugares comunes de la cultura patriarcal– es un recurso decorativo más, un argumento para convencer al espectador virgen de la transgresión, la veracidad y la dureza de una historia que, como la de tantas otras películas de culto, no es sino un remix de convenciones y de otras historias ya contadas.